Al entrar en la
habitación, después de haber recorrido un largo pasillo en el que la mezcla de
olores era tan dispar, me senté en la cama desolada.
Mi cabeza daba vueltas
como un remolino confuso.
- - Tan sólo
he de dormir un poco, eso es. Así podré soñar y mis sueños me llevaran hacia
él.
-
- - Te dejaré
descansar, bajaré a echar un vistazo.
Ya sola poco a poco el
sueño me ganó la batalla y me fui adentrando en la vigilia como un pajarillo
indefenso.
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