Todo fue a pedir de boca en la ceremonia de investidura.
Tras ella mi Ama me preparó ropa de abrigo y partí al alba.
Mi sensación era una mezcla de sentimientos que iban desde
el más absoluto miedo hasta la más imperiosa felicidad. Me adentraba en un
camino lleno de misterios y dudas en el que mi destino era encontrar a un
hombre que me asaltaba en sueños y del que nada sabía. Sigue las señales que te irá mandando, me dijo Adamaris la anciana.
-No irás sola Luna, en tu camino te acompañará mi hijo menor
Christopher.
-¿Christopher? Ama no sabía que además de Dorian y Kyara tuvieras un
hijo menor.
-Christopher se ha criado con mi hermano en un pequeño pueblo ganadero
de las afueras, según mi hermano tiene cierta habilidad con la espada y nadie
lo conoce. Sé que Dorian es uno de los mejores guerreros de tu guardia y goza
de tu total confianza, pero corríamos el riesgo de que al echarlo en falta
justo en el momento en que se anuncia una larga enfermedad para nuestra
gobernanta que la mantendrá en cama sin ningún contacto con el mundo exterior,
el pueblo se hiciera preguntas y conjeturas fuera de lugar. A Christopher nadie
lo conoce por aquí así que nadie lo echará en falta.
-¿Y tu hermano? Después de tanto tiempo ocupándose de él ¿No ha preguntado
a que se debe su marcha?
-Ahí está, corre móntate tras la carreta y salid del reino. Ahora iréis
hacia el sur, pero recuerda el destino lo irás marcando tú.
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