Me despierto. Miro por la ventana. Otra vez ese sueño. La E
al revés. Aunque no consigo verle la cara lo siento, tan real como si fuera
verdad. ¿Cuándo diablos aparecerá?
Mi vida se pierde en la monotonía de esta torre olvidada en
un lugar lejano. Lo tengo todo y no tengo nada. Mi Ama dice que no puedo
pasarme el día soñando que tengo un trozo de tierra que espera ser gobernado
por mí. Que por mucho que lo sueñe no
aparecerá.
Sin embargo yo tengo la sensación de reunirme con él en
sueños. Que cada sueño es una señal. Pista que él seguirá, poco a poco, hasta
llegar hacia mí.
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